¿Cómo nació la soldadura?
La soldadura es hoy en día un trabajo completamente natural y muy familiar. Gracias a la aparición de diversas técnicas avanzadas de unión de materiales, la tecnología y la industria de la construcción en general han experimentado un gigantesco desarrollo. Gracias al proceso de soldadura, entre otras cosas, nuestro mundo tiene el aspecto actual.
Pero, ¿cómo se originó la soldadura y dónde buscar sus orígenes? ¿Cómo ha cambiado este oficio con el paso de los años, cómo ha evolucionado y qué descubrimientos se han hecho sobre el tema a lo largo de las décadas? Pues bien, el proceso de unir metales es un tema que se ha debatido y considerado desde la prehistoria. Poco después de que el ser humano inventara el fuego, se hicieron los primeros intentos de unir materiales después de calentarlos. El objetivo era darles un estado de plasticidad que facilitara su unión y forja. Cuando se desarrolló el acero, se convirtió en el material más utilizado en la fabricación de diversas herramientas o incluso armas. Lo que se necesitaba, por tanto, era unir las piezas con habilidad. Así se desarrolló la soldadura focal. La Edad Media, por su parte, vio los inicios de la soldadura de metales, que desarrolló enormemente la producción de todo tipo de joyas.
Ola de nuevos descubrimientos
En el siglo XIX se inventaron dos tipos de soldadura:
- Eléctrico,
- Gas
En 1862, Friedrich Wöhler inventó el carburo, que contribuyó al desarrollo de la soldadura con gas. En 1882, el ingeniero Stanislaw Olszewski, junto con Nikolai Bernados, desarrolló el método de soldadura eléctrica. Utilizaron un arco eléctrico que brillaba entre un electrodo de carbono y el metal para fundir el material. Utilizaron una varilla metálica para rellenar la ranura entre los bordes unidos de los materiales. Este método se mejoró utilizando un electrodo metálico fusible en lugar del electrodo de carbono.
En 1894, Henry Maisson creó una técnica para obtener carburo. Tres años después, se descubrió una forma de almacenar acetileno a alta presión. En 1901, Charles Picard inventó el soplete de acetileno-oxígeno, que se utilizaba para soldar.
El desarrollo de la soldadura en el siglo XIX aportó muchos métodos nuevos a la profesión. Fue entonces cuando comenzó la soldadura térmica, basada en la reacción química de los óxidos de hierro y el aluminio.
A principios del siglo XX se desarrolló rápidamente la combustión del acetileno, que se aplicó a una gran variedad de metales a gran escala. Utilizaban un arco eléctrico que brillaba entre un electrodo de carbono y el metal para fundir el material. Este método se mejoró utilizando un electrodo metálico fusible en lugar del electrodo de carbono. En 1908, un científico sueco inventó los electrodos metálicos recubiertos de fundente. En 1924 se desarrolló la soldadura atómica en Estados Unidos y cinco años después se empezó a utilizar la soldadura por arco sumergido. En la década de 1930 se inventó el electrodo de tungsteno, que se utilizaba para soldar al amparo de diversos gases nobles. Durante esta época, las herramientas de soldadura eran cada vez mejores y más precisas, lo que ofrecía nuevas posibilidades y permitía crear métodos más complejos.
Desarrollo de la soldadura y Polonia
Hasta después de la Primera Guerra Mundial no se empezó a utilizar en Polonia la soldadura por arco, que solía ser útil para levantar edificios o construir vagones. En 1922, se fundó la Asociación Polaca de Soldadura y Corte de Metales y se creó la Sección de Soldadura dentro de ella. El primer congreso de soldadores se celebró en 1939 en Varsovia, donde se creó el Instituto de Soldadura. Sin embargo, debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial, el momento de la creación de esta institución se pospuso y finalmente se estableció en 1945 en Gliwice. Este instituto sigue funcionando en la actualidad. A partir de 1951, el oficio de soldador se enseñaba en las escuelas politécnicas y en las escuelas especializadas dedicadas a este oficio. Además, se elaboraron libros de texto especiales, se creó una revista para los aficionados a la soldadura e incluso una Comisión de Soldadura del Comité Polaco de Normalización.
Con todos estos avances, la soldadura ha experimentado un gran desarrollo en nuestro país. Durante este periodo se construyeron muchas estructuras de acero, puentes, barcos o calderas. Esto, a su vez, dio lugar a una construcción más rápida de transformadores y máquinas de soldadura automáticas o semiautomáticas. Cabe destacar que el primer puente soldado del mundo se construyó en Polonia en la década de 1930. Fue diseñado por Stefan Bryła, profesor de la Universidad Tecnológica de Varsovia. La estructura se construyó en 1929. Un año después, se construyó en Polonia la primera estructura europea de edificios soldados. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial se crearon edificios como el puente Poniatowski o el puente ferroviario bajo la Ciudadela de Varsovia, barcos, vagones o diversos tipos de estructuras. Las escuelas polacas de soldadores eran capaces de producir trabajadores de muy alto nivel. Hoy en día, es imposible imaginar el desarrollo de la tecnología sin la capacidad de soldar. Este campo está presente en casi todas las ramas de la economía.
Última tecnología
Hoy en día, la soldadura es una industria muy desarrollada. Se ha introducido en el mercado una gran cantidad de equipos innovadores y el papel del hombre en todo el proceso se ha reducido considerablemente. Como resultado, el riesgo de accidentes por trabajar en condiciones difíciles se ha reducido considerablemente. Además, la eficiencia de la producción ha aumentado considerablemente, lo que ha permitido crear una variedad de tecnología mucho más eficiente en grandes cantidades. Los productos de soldadura avanzada son robustos, funcionales y de excelente factura. Sin duda, el futuro sólo será mejor en cuanto a la automatización de los puestos de trabajo de soldadura y a la precisión, rapidez y eficacia de todo el proceso. Quizás los humanos sólo desempeñen el papel de supervisores de las máquinas, que harán automáticamente su trabajo avanzado.