Accidente de tráfico

Los accidentes forman parte de la vida cotidiana. A veces pueden ocurrir no directamente a nosotros, sino a un completo desconocido, por ejemplo en la calle. Suele ocurrir de forma totalmente inesperada y, por lo tanto, es útil saber qué hacer. No prestar los primeros auxilios puede suponer una pena de prisión de hasta tres años. ¿Cómo debemos reaccionar en una situación así para ayudar eficazmente en lugar de empeorar la situación de alguien? Lo más importante es que antes de prestar los primeros auxilios uno mismo:

  • Dirigir una petición de apoyo a las personas de su entorno (normalmente hay que esperar a la ayuda médica),
  • evaluar la seguridad del entorno (cableado eléctrico, llamas, gas tóxico o suelo resbaladizo),
  • asegurar el lugar de la ayuda (por ejemplo, mover los coches),
  • llamando a urgencias o preguntando a otro testigo del incidente,
  • cuidando de su propia seguridad,
  • hacer las preguntas pertinentes al accidentado si está consciente (alergias, enfermedades, medicación).

Si se cumplen todos los elementos, se debe proceder a prestar asistencia. Los accidentes y sus consecuencias pueden variar. Por ejemplo, puede haber consecuencias de accidentes como:

  • inconsciencia,
  • sangrado,
  • shock.

Asistencia en caso de inconsciencia, parada cardíaca o respiratoria

En este caso, es necesario realizar inmediatamente reanimación cardiopulmonarEn resumen RCP. Sin embargo, es importante saber exactamente cómo realizarlo. La RCP mal realizada corre el riesgo de romper las costillas, lo que puede provocar una perforación pulmonar. Tal acción empeoraría significativamente el estado del siniestro. Además, si la víctima se atragantara con un objeto, una RCP mal realizada podría provocar un peligroso desplazamiento del mismo, dificultando su extracción. Cuando hay una falta de circulación, el cerebro corre el riesgo de sufrir hipoxia. La realización de la RCP puede restablecer la respiración. La reanimación cardiopulmonar correctamente realizada tiene muchos componentes. Para que se realice correctamente se debe:

  • arrodíllese junto a la víctima y coloque su mano en la parte inferior de su esternón,
  • Coloque la otra mano sobre la mano que ya está acostada,
  • juntar las dos manos para formar un agarre firme,
  • enderezar los brazos y mantenerlos rígidos sin doblarlos (el ángulo entre los brazos y el pecho debe ser 90 grados),
  • realizar las compresiones 100 - 120 veces por minuto con una profundidad de 5 - 6 cm.

Cada 30 compresiones, realice 2 respiraciones.

Realización de la RCP

Para realizar correctamente la respiración artificial es necesario:

  • despejando previamente las vías respiratorias y sujetando la nariz con los dedos índice y pulgar (la mano debe estar sobre la frente),
  • tomando aire y tapando la boca de la víctima,
  • respirar durante un segundo mientras se observa el pecho,
  • comprobando que el pecho cae cuando se suelta la boca.

El inicio inmediato de la reanimación cardiopulmonar aumenta dos o tres veces las posibilidades de supervivencia de la víctima. Esta actividad puede detenerse cuando:

  • la asistencia médica profesional llegará al lugar,
  • percibimos otro peligro cercano, como el fuego, los humos o un animal peligroso,
  • la víctima desarrolla cualquier reacción (tos, apertura de los ojos),
  • alguien más nos sustituirá en la prestación de asistencia,
  • Nos cansamos y perdemos la fuerza necesaria para realizar las compresiones.

Según la normativa del Consejo Europeo de Resucitación, la RCP debe realizarse siempre cuando la víctima esté sin respiración y las circunstancias no supongan un riesgo. La reanimación también conlleva ciertos riesgos, como:

  • fatiga con el paso del tiempo, lo que socava la eficacia de la RCP,
  • El alto esfuerzo físico es especialmente peligroso para las personas con enfermedades cardiovasculares,
  • resistencia psicológica por miedo a dañar a la víctima,
  • el riesgo de contraer una enfermedad a través de la respiración artificial, por ejemplo.

Asistencia en caso de choque

Los síntomas del shock son una respiración agitada y una piel pálida o congelada. En esta situación existe el riesgo de que la víctima pierda el conocimiento. Es aconsejable acostarlo de lado (sólo si el cuello y la espalda están intactos) para ayudar a abrir las vías respiratorias. También es importante asegurarse de que la víctima se mantenga a una temperatura adecuada hasta que llegue la ayuda especializada. Las mantas de varios tipos son útiles aquí, si están disponibles, por supuesto.

Asistencia en caso de hemorragia o sangrado

Vendaje para heridas

La hemorragia se produce como resultado de la ruptura de la continuidad de la piel y el daño a los pequeños vasos sanguíneos. Suele remitir por sí sola, por lo que no es necesaria la ayuda de un especialista, ya que se forma un coágulo en el lugar de la lesión, que se cura al cabo de un tiempo. Una hemorragia, en cambio, es el resultado de la lesión de un vaso arterial o de una vena grande. En este caso, la hemorragia debe detenerse inmediatamente, ya que puede producirse una hemorragia o un shock. La pérdida de un tercio de la sangre en un adulto es un acontecimiento grave que pone en peligro la vida. Zonas como las arterias femoral, braquial o carótida son muy vulnerables y su daño puede provocar una muerte rápida. Distinguimos entre los siguientes tipos de hemorragia:

  • Hemorragia venosa: se produce cuando se daña una vena y la sangre que sale es de color rojo oscuro debido a las grandes cantidades de dióxido de carbono; la sangre sale a un ritmo uniforme,
  • Hemorragia arterial: es el resultado de una lesión en una arteria; la alta presión hace que la sangre salga incluso a borbotones de la herida; el color de la sangre es rojo brillante, debido a la gran cantidad de oxígeno; no es fácil detener este tipo de hemorragia, por lo que se recomienda la ayuda de un profesional.

Las hemorragias también pueden dividirse de la siguiente manera:

  • Hemorragia externa: fluye directamente de la herida, es fácil de detectar, sus síntomas son piel pálida, aceleración de los latidos del corazón, zumbidos o sudor frío,
  • Hemorragia interna: la sangre es invisible y rezuma en el interior del cuerpo; algunos síntomas son similares a los de la hemorragia externa, es decir, piel pálida, aceleración de los latidos del corazón, tinnitus, sudor frío.

Cuando se trata de lesiones, es necesario aplicar un vendaje de presión para cubrir la herida y detener el flujo de sangre. Una pérdida importante de sangre puede provocar un shock o incluso la muerte. Para aplicar el apósito es necesario:

  • Aplicar una gasa estéril, posiblemente un trozo de algodón o ropa interior, en la zona lesionada,
  • Elevar la herida por encima del nivel del corazón, lo que ayudará a aliviar la presión,
  • Aplicar una venda enrollada u otro material para comprimir la herida,
  • vendar cuidadosamente todo el apósito.

En los traumatismos craneales no se aplica un vendaje de presión, sino un vendaje de protección, ya que la compresión de la hemorragia en la cabeza supone un riesgo de hemorragia interna.